NYC es una ciudad en la que he vivido etapas cruciales mi vida. Pisé sus calles por primera vez en 1989, un primer viaje que ya cambiaría el destino de mi vida y marcaría para siempre mi visión del mundo y -para bien o para mal-, mi manera de hacer música. Ciudad multicultural por excelencia en la que las sucesivas olas de inmigrantes han hecho de ella lo que es: un compendio de culturas y razas que, juntas, le dan ese carácter único y esa personalidad tan influyente en los movimientos artísticos más importantes del los últimos decenios. Ese "it's up to you.." se materializa en una ciudad en la que los milagros existen, las oportunidades florecen, al aprendizaje es continuo, el arte es un modo de vida...
Las torres gemelas hacían que NYC fuese todavía más grandiosa si cabe. La belleza de esas dos moles de hierro y cristal se podía contemplar desde muchos rincones de la ciudad, dejándose entrever como algo casi irreal, cercano al mundo de los sueños... Recuerdo que, siempre que las veía, me preguntaba como era posible que algo así se hubiese podido llegar a construir. Y de esa misma forma fueron destruidas, como si de una pesadilla se tratara, a golpe de atentado y de la forma más cruel que podíamos imaginar. Se dijeron muchas cosas, se multiplicaron las teorías y tras su caída dio comienzo una terrible e injusta-como todas- guerra. El mundo cambió y nosotros cambiamos con el.
En el lugar de las torres hay una zona cero y una reconstrucción de edificios que nada tienen que ver con lo que originalmente era el World Trade Center.
Es triste estar ahí. Es triste saber que mucha gente se dejó la vida intentando salvar a otros sin conseguirlo y más triste aún todo lo que aconteció después de la caída... Toda esa vida echada a perder. La zona cero es un símbolo de lo que otrora significó la destrucción de la torre de babel, un símbolo de como la destrucción nos lleva a la ruina absoluta y del gigantesco esfuerzo que hay que hacer para reconstruir lo destruido.
La torres están en el recuerdo, ese que no se destruye, aunque algunos magos de la manipulación mediática lo intenten insaciablemente una y otra vez.. Pero ese sueño, el nuestro, permanece intacto...
